Aún existen Gladiadores, y luchan envueltos en aceite. Desde finales del siglo XIV se mantiene una tradición en Edirne, Turquía, consistente en una “lucha libre” entre gladiadores rebozados con aceite de oliva.

Surgió como forma de mantener en forma a las tropas, y tras un combate entre dos guerreros que perduró varias horas, y tras no declarar vencedor, ambos luchadores murieron en dicho combate. Tras ello, cada año se conmemora su hazaña.

Luchadores venidos de todas partes de Turquía luchan en un espectáculo que conmueve a cualquier espectador con algo de sensibilidad.

Se reúnen cerca de 1.500 “guerreros” en un campo verde a las afueras de Edirne y tras el adecuado protocolo, se untan con aceite de oliva, para estar resbaladizos en la lucha. Durante siete días se compite para demostrar quién es el mejor luchador de la Tierra. El premio: 100.000 dólares, oro y un cinturón de campeones. Es lo más parecido al circo romano, y perdura en nuestros días.