Asia Menor fue la cuna del cultivo del olivo hace unos 6.000 años. Según algunas hipótesis, la aceituna se cultivó por primera vez en las costas del Mediterráneo a lo largo de Líbano y Palestina, y los asentamientos fenicios fueron los primeros en domesticar y adaptar el acebuche común, mediante mejora por competitividad entre individuos, creando las diferencias que entre ambas especies se aprecian en la actualidad para el cultivo.

Los olivos están sin duda arraigados en la identidad y origen del Líbano. El país es el hogar de 16 olivos majestuosos conocidos como las hermanas, o los olivos de Noé, que están entre los olivos más antiguos del mundo. Situados en Bcheale, en el norte de Líbano, se dice, de acuerdo con el folklore local, que de estos olivos arrancó la paloma de Noé la rama de olivo que indicaba la presencia de tierra tras el diluvio universal, afirmando también, dicha leyenda, que las hermanas tienen 6.000 años de antigüedad, y están plantadas a 1.300 metros de altitud. Siendo uno de los árboles plantados a mayor altitud para la fecha de referencia.

Enraizada en la larga tradición de cultivo del olivo en el Líbano, la industria del aceite de oliva moderna es próspera, pero que no está exenta de complejidades y desafíos.

El Líbano en datos oleícolas

A nivel mundial, el Líbano ocupa el vigésimo lugar en superficie plantada y es el decimosexto país productor de aceite de oliva.

Según su Ministerio de Agricultura, el Líbano tiene un área total agraria de 270.000 hectáreas; de la cual los olivos constituyen el 21%, ocupando alrededor de 57.000 hectáreas.

Hay más de 100.000 olivicultores en el Líbano.

Más del 80 por ciento de aceitunas cultivadas en el Líbano se utilizan para la producción de aceite de oliva y el resto se consume como aceituna de mesa.

Los productores de aceituna 

La mayoría de las explotaciones de olivar en el Líbano son propiedad de los agricultores de pequeña escala, con alrededor de dos a tres hectáreas de árboles, existiendo más de 100.000 productores, como se ha dicho antes.

Trabajando en una escala tan pequeña aumenta el coste de la producción, que a su vez aumenta el precio del aceite de oliva del Líbano

Debido a que el Líbano es pequeño, su producción de aceite de oliva es relativamente baja en comparación con otros países. No puede esperar competir con los grandes productores, como España, Italia, Túnez o Grecia. En su lugar, debe centrarse en la producción de bienes de alto valor y optar por la diferenciación como estrategia.

Sirva como ejemplo el caso de las hermanas, cuya producción está íntegramente vendida hasta 2026, según su propietario.