A sus 59 años, el sudafricano Mike Horn es considerado por muchos como el mayor aventurero del mundo. Su trayectoria es sencillamente impresionante: ha circunnavegado el ecuador sin transporte motorizado, atravesado el círculo polar ártico en solitario, cruzado la Antártida por su punto más ancho y alcanzado el Polo Norte durante el invierno, en completa oscuridad y sin ayuda externa. También ha escalado el K2 sin oxígeno artificial y ha dado la vuelta al mundo en catorce ocasiones. Pero, entre todas sus hazañas, hay un detalle que sorprende tanto como sus expediciones: su altísimo consumo diario de aceite de oliva virgen extra.

Durante sus travesías más extremas, Mike Horn llega a ingerir hasta dos litros diarios de AOVE, un aliado fundamental en su estrategia de supervivencia. Su consumo calórico diario puede superar las 12.000 calorías, especialmente en entornos polares donde arrastra trineos de más de 200 kilos durante semanas, enfrentándose al frío extremo, el viento cortante y la oscuridad constante. Para lograr ese aporte energético, recurre a alimentos como muesli y avena, que combina con ingredientes hipercalóricos como miel, malta en polvo y, sobre todo, aceite de oliva virgen extra, que no solo le aporta energía en forma de grasa saludable, sino que también le ayuda a mantener la funcionalidad muscular y cerebral en condiciones límite.

Horn incluso congela el AOVE en pequeños bloques que va consumiendo mientras camina, a modo de suplemento calórico portátil. Esta práctica, tan llamativa como efectiva, se ha convertido en una de sus marcas personales y demuestra la versatilidad y el valor nutricional del aceite de oliva virgen extra incluso en los entornos más hostiles del planeta.

En una de sus expediciones más peligrosas, en septiembre de 2019, Horn se enfrentó a una situación límite junto a su compañero Børge Ousland, cuando el hielo del Ártico comenzó a romperse y desplazarse a gran velocidad. “Por primera vez supe que, sin rescate, moriría allí”, confesó tiempo después. A pesar de todo, logró sobrevivir, una vez más, gracias a su resistencia física, su temple y una estrategia alimentaria milimetrada.

Más allá de sus logros sobrehumanos —11 expediciones inéditas, 9 libros publicados, múltiples programas televisivos y su iniciativa educativa PangaeaX, una academia flotante para jóvenes exploradores—, Mike Horn representa el límite de la exploración humana. Y entre las claves de su éxito, el aceite de oliva virgen extra ocupa un lugar esencial.

Porque, en el universo de los desafíos extremos, hasta el más pequeño de los ingredientes puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Y para Mike Horn, el AOVE no es solo un alimento: es combustible vital.