La serie The Chosen, que ha revolucionado la forma de narrar la vida de Jesús en la pantalla, vuelve a demostrar su enorme capacidad simbólica y narrativa en una escena tan sencilla como profunda: el prensado del aceite de oliva.

En uno de los episodios más emotivos, Jesús aparece angustiado. No por el dolor físico que se avecina, sino por algo aún más humano: la incomprensión de sus propios seguidores ante la realidad de su muerte. Retirado en oración, se encuentra con Zebedeo, María Magdalena y Tamar, que trabajan en el negocio familiar de aceite de oliva. Lo que sucede a continuación es una lección de teología, historia y simbolismo condensada en apenas unos minutos.

Mientras las aceitunas son trituradas bajo la prensa, el aceite comienza a fluir. El gesto cotidiano del olivarero se transforma en una poderosa prefiguración del Huerto de Getsemaní, el olivar donde Jesús, horas antes de su pasión, sudará sangre ante el peso de lo que está por venir. El paralelismo es evidente y estremecedor: así como la aceituna debe ser aplastada para dar su fruto más puro, también el sacrificio de Cristo llegará a su plenitud a través del sufrimiento.

La escena está escrita con una sensibilidad extraordinaria. No hay grandes discursos ni efectos especiales. Basta el sonido de la prensa, la mirada de Jesús y el ritmo lento del trabajo para transmitir una agonía interior que se intuye, se siente y se comparte. El aceite, símbolo de unción, sanación y vida, nace aquí del dolor, anticipando el sentido último de la pasión.

A ese momento de tensión emocional se suma la aparición de Gayo, el romano. Su presencia no es casual. Representa al mundo pagano, al poder imperial, pero también al ser humano vulnerable. Su siervo —y, en el contexto de la serie, hijo fruto de una relación no matrimonial— ha sido sanado por Jesús. El abrazo que Gayo ofrece a Cristo es breve, inesperado y profundamente humano: un gesto de consuelo que Jesús acepta en silencio, como quien necesita, por un instante, ser sostenido.

The Chosen vuelve así a recordarnos que el Evangelio no se entiende solo con palabras, sino con imágenes, gestos y símbolos profundamente arraigados en la vida cotidiana del mundo antiguo. Y pocos elementos son tan universales, tan mediterráneos y tan cargados de significado como el aceite de oliva.

Una escena brillante, que une agricultura, fe y narrativa audiovisual para mostrar, sin explicarlo, el núcleo del mensaje cristiano: del sufrimiento nace la redención.

Imagen: escena de la serie The Chosen (Angel Studios)