La expansión y propagación del olivo cultivado, se remonta a la era de los fenicios y romanos, las siguientes civilizaciones lo propagarían al resto del mundo.
Así sucedió en América, siendo el olivo una de las primeras plantas introducidas en el continente, concretamente en las Antillas, mediante estacas, pero no consiguió sobrevivir ni adaptarse al clima tropical que allí imperaba, lo que conllevó a que un misionero Fray Martín, lo propagará con mayor éxito en el resto de México, llegando a alcanzar el máximo desarrollo a mediados del S. XVII. Esto se debe q que era de obligado cumplimiento que en cada expedición que partiera de España rumbo al nuevo continente, llevara consigo material vegetal del denominado oro verde, también denominada la conquista del olivo.
Una vez que el material vegetal llegaba a tierra, se seleccionaba aquel que aún mantenía fuerza y vigor y se cultivaba para posteriormente propagarlo por estaquillado. Existen todavía hoy algunos ejemplares de estos olivos, padres de la Olivicultura del Nuevo Mundo, situados en Tulyehualco, al oriente del distrito federal de México, concretamente en el parque ecológico de La Loma y cerca del panteón en el centro de investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana de México.
Los jesuitas fueron los responsables de crear este huerto de olivos para su posterior difusión por todo el territorio. Fue Fray Junípero Serra, el que fundó la primera misión californiana en San Diego de Alcalá y posteriormente se extendieron hasta Sonoma con veinte misiones más. Fue entonces, cuando desde España se promulgó un decreto por el cual se prohibía el cultivo del olivo en América por parte de España durante la colonia, lo que hizo que todo material que llegara al puerto de Veracruz en México se destruyera. Solo se permitía el uso de aceitunas a los misioneros, y fueron estos, especialmente Fray Junipero Serra, el que sembró la semilla del interior de los huesos de aceituna, dando como resultado, la obtención de una nueva variedad, denominada Mission.
De los olivos que se cultivaban se obtenía un elexir de aceite y unas aceitunas de excelente calidad, adaptándose el cultivo perfectamente a las condiciones agroclimáticas que allí se daban. Actualmente, esta variedad ocupa en torno al 8% del olivar californiano, especialmente en el Valle de Sacramento. Ha sido una variedad de mesa de gran importancia en California, aportando cerca del 50% de la producción. Y es muy apreciada por su aceite en el valle de Butte.
Por eso se dice que Fray Junipero Serra, fue aceitunero antes que fraile.