El pasado mes de junio, durante la última recepción papal del mes, se le entregó Su Santidad un ejemplar del manual “la olivicultura internacional”. El sumo pontífice ha agradecido el presente y lo ha considerado interesante, remarcando la amplia presencia del olivo en los diferentes pasajes de la biblia y en el mundo cristiano.

Como es sabido, el Papa tiene una almazara en la localidad conocida como “CastelGandolfo” o “VillePontificie” de más de 50 ha, situada a unos 24km de Roma (suelo perteneciente al Vaticano, no a Italia). En esta finca se encuentran cultivados más de 1.000 olivos de las variedades Frantoio, Pendolino, Rosciola y Vernina; de los que obtiene un aceite virgen extra de muy alta calidad, el cual va destinado al consumo del Vaticano.

La primera referencia que se tiene en los archivos del interés de los sumos pontífices por la olivicultura data del año 1260. Ocho siglos, como mínimo, de tradición del Vaticano como productor de aceite de oliva virgen extra.