En Madagascar reina la diversidad natural debido a su particular ubicación que le ha permitido mantenerse aislada durante millones de años. La isla ha desarrollado un ecosistema natural único en el planeta.

Situada al este de África. Posee una población de 28.427.333 habitantes, sus habitantes se encuentran entre los menos endeudados del mundo, por el contrario, tienen un nivel de vida bajo.

Madagascar se ha posicionado en los últimos años entre las economías de la región con mejor comportamiento respecto a la evolución de su PIB, con prácticamente un crecimiento medio del 4% hasta 2019. Tras la pandemia, la renta del país volvió a aumentar un 4,4% en 2021 situándose en 14.637 millones de dólares según el Banco Mundial.

Rica en flora y fauna, la isla albergaba una inmensa cubierta vegetal afectado en gran parte por la deforestación, en la actualidad podemos encontrar especies vegetales abundantes como el bambú o cactus gigantes, sobre todo plantas resistentes a la sequía y muchas de ellas endémicas. Gracias al aislamiento de la isla la fauna no esta muy afectada, muchas especies han sobrevivido y evolucionado hacia formas únicas como pueden serlo los camaleones, lémures y las mariposas.

 El mercado de aceite de oliva en Madagascar aún es bastante reducido. No se produce aceite de oliva y tampoco hay una gran tradición en el consumo. Se consumen alrededor de 0,01 kg por persona de aceite de oliva. El total de consumo de aceite de oliva se sitúa en un 0,1% con respecto a las demás tipologías de aceites presentes en el mercado en Madagascar, consumiendo en gran mayoría grasas vegetales y animales.

En cuanto al consumo de aceite de oliva en función del sexo, lo consumen en un 50,3% las mujeres, y el restante 49,7% los hombres. Si distinguimos el consumo de aceite de oliva en función de la edad, predomina el grupo de mayores de 65 años con un 37%. En cuanto a la estructura familiar, predomina las familias de mediana edad con hijos, con un consumo del 26%, seguido de la familia jóvenes con hijos, familias monoparentales con hijos y viudos o solteros igualados con un 17%.

Con respecto al nivel adquisitivo, en Madagascar los que tienen un nivel de renta medio-bajo, tienen un consumo superior de aceite de oliva que aquellos que tienen un nivel alto, situándose en un 52%, aquellas personas que tienen un nivel de renta medio.

En cuanto al nivel educativo, los individuos que tienen un nivel de estudios superiores (universitarios), tienen un mayor consumo de aceite de oliva (46%). Sin embargo, los que no tienen estudios, su consumo no asciende a más del 7%. En general, el aceite de oliva continúa siendo un desconocido para el consumidor medio-bajo, si bien sus cualidades son apreciadas por los consumidores más formados.

De las distintas variedades de aceite de oliva, el más predominante es el aceite de oliva Virgen Extra con un 60%, seguido del aceite de oliva con un 29%. No se consume casi nada del aceite de orujo de oliva (1%).

Según el tipo de envase, el consumo es mayor en el envase de PET con un 80% y el envase de cristal con un 28%. El uso principal al que se destina el aceite de oliva es en crudo, es decir, para condimentar en un 64%, aunque también destaca en menor medida que el anterior el uso del aceite de oliva para cocinar (27%).

Los principales establecimientos dónde los habitantes de Madagascar compran el aceite de oliva es en supermercados en un 37%, seguido de hipermercados en un 25%.

La mayoría de usuarios de este país, consumen el aceite en sus propios hogares (69%), y el 31% lo hace fuera de su entorno doméstico. Fuera de casa, los establecimientos dónde es más consumido el aceite de oliva es en colectividades (60%), en bares y restaurantes (20%), y en hoteles (10%)