La misión de San José, está ubicada en Fremont , California, cerca de la Bahía de San Francisco, corresponde con la decimocuarta misión establecida en California, en la conquista de la nueva España. Se fundó en 1797 por el padre Fermín Francisco de Lasúen, sucesor de Fray Junipero Serra, fundador de la primera misión californiana y padre de la variedad de aceituna Mission, extendida por todo el valle de Sacramento y muy apreciada por el aceite que de ella se obtiene en el valle de Butte.

La misión tuvo su época de apogeo y gran prosperidad en el periodo de la década comprendida entre 1824 y 1836, pese a la hostilidad inicial de los indígenas, la misión llegó a tener siete mil cabezas de ganado, doce mil ovejas y 850 caballos, así como huertos comunitarios y los olivos que gracias a Junipero se propagaron en esta zona.

En 1836 la misión fue secularizada, y comenzó su decadencia, algunos de sus edificios fueron saqueados y los indios que a ella pertenecían se dispersaron, hasta que en 1868 un terremoto destruyó la iglesia. No fue hasta mediados de los años 80 del siglo pasado, cuando se construyó una replica de las instalaciones iniciales de la misión.

Actualmente, se denomina Casa Madre, de las hermanas Dominicas de la Mision de San José Estas hermanas, llegaron allí por llamamiento del arzobispo para enseñar a todos los hijos de inmigrantes recién llegados a California, y comenzar así una misión de educación.

Las hermanas, dedicadas a servir a los jóvenes, pobres y vulnerables, extienden su hospitalidad compartiendo con sus invitados el regalo de su Casa Madre y junto a ella, la paz y sosiego que se respira en las inmediaciones de la comunidad. Una tierra sagrada que fue cultivada por las generaciones de los primeros pueblos que llevaron allí la misión, dejando cultivado el legado de un tesoro, el olivo, que hoy, estas hermanas dominicas, cuidan, miman y trabajan.

Se trata de 200 olivos plantados por el propio Fray Lasúen, que produce aceitunas de excelente calidad fruto del cuidado de sus labores y practicas ambientalmente sostenibles, por las que se elabora un AOVE de rigurosa calidad, vendido una vez al año en la Holiday Boutique de la iglesia. Este aceite es utilizado como aceite sacramental para Diócesis de Oakland.

Las dominicas se encargan activamente del cuidado, trabajo y recolección de estos olivos. Coloquialmente sé les conoce como Sor aceituneras. Han creado programas comunitarios para participar junto a ellas en la recolección de aceituna y la elaboración de este manjar, el AOVE, con el propósito de acercar cada vez más a las personas, a lo que ellas consideran un cultivo de índole sagrado. El olivo y su AOVE.