Al-Andalus, es el nombre que en la Edad Media dieron los musulmanes a la PenínsulaIbéricaentre los años 711 y 1492. Las bases económicas del mundo andalusí fueron la agricultura, la ganadería y el comercio, según Ibn Ábdûn de Sevilla ’’La agricultura es la base de la civilización, y de ella depende la vida entera y sus principales ventajas”.

Para ello en primer lugar se recopilaron y tradujeron gran cantidad de textos antiguos sobre agricultura -la mayoría orientales- y se perfeccionaron.

La agricultura andalusí se orientó hacia cultivos preferentemente alimentarios aunque existieran otros de uso comercial, incluidas las plantas textiles y las medicinales. Se produjo un considerable aumento de la producción agraria, pues, ya no eran siervos, ni posesión de nadie, ahora trabajaban su propia tierra, esto se debe a que adquirieron la medida de la parcelación y redistribución de las tierras, haciendo desaparecer la mayoría de los antiguos latifundios visigodos, convirtiéndolos en pequeñas explotaciones familiares.

Estudiaron  las diferentes clases de tierra, su naturaleza, sus propiedades y el modo de distinguir la buena tierra, de la mala, para su mejor aprovechamiento, perfeccionaron inmensamente las técnicas de riego, con el uso de las albercas, acequias y canales, técnicas que todavía hoy se mantienen.

Fueron los responsables de introducir nuevas especies, como es la berenjena (badinÿana), originaria de la India, y difundida por el Mediterráneo a través de Irán. Entre las verduras se pueden citar las alcachofas (jarshuf) y los espárragos, que tenían la propiedad de evitar los malos olores de la carne. De las hortalizas las más cultivadas fueron la calabaza, los pepinos, las judías verdes, los ajos, la cebolla, la zanahoria, el nabo, los jaramagos, las acelgas (as-silqa), las espinacas (isfanaj) y muchas otras.

La mayor evidencia de los musulmanes, fue sin duda, la propagación del olivo, que pese a que ya existía en el lugar, fomentaron y organizaron su cultivo a gran escala, así como la introducción del aceite de oliva en la gastronomía. Los dominios de Al-Andalus en la Península Ibérica, de hecho, hoy en día gran parte del vocabulario oleícola tiene origen musulmán: aceite (zayt), almazara (al-ma’sara), aljarafe (al-Šaraf). El olivo en Al-Andalus fue un cultivo de secano y se extendió por todo el territorio ocupando principalmente las zonas del aljarafe Sevillano, Cádiz, Córdoba, Granada y Jaén. Concretamente Jódar, población situada hacia el sur de Úbeda (Jaén),  tomó una extraordinaria importancia como zona olivarera llegando a ser “la reserva de aceite de la España musulmana”.

El consumo de AOVE  se impulsó y popularizó en la población andalusí, lo que repercutió en la economía del Al-Andalus, ya que la olivicultura fue uno de los ejes de la llamada revolución verde andalusí. La expansión agronómica, desarrollada entre los siglos XI y XIV, tuvo como uno de sus pilares fundamentales el cultivo del olivo, lo que ocasionó que surgierauna  olivicultura y la oleicultura que  florece aún hasta nuestros días, de esta manera, el AOVE se consumó como un bien cultural cuyo valor hemos heredado en la actualidad a través de la Dieta Mediterránea.