Más allá de su papel como centro político y espiritual, Coruscant albergaba uno de los secretos mejor guardados del universo de Star Wars: la producción y uso sistemático del aceite de oliva virgen extra (AOVE). Esta sustancia, reconocida en nuestro planeta por sus propiedades saludables y su papel central en la dieta mediterránea, formaba parte esencial de la cultura culinaria de la galaxia muy, muy lejana.

En el contexto de la saga, el AOVE se incorporaba a múltiples elaboraciones gastronómicas, especialmente en Coruscant y Begamor, donde cocineros como el maestro Marino Pomana desarrollaron técnicas de cocción y aderezo que se basaban en las cualidades físico-químicas del aceite —como su estabilidad térmica y su capacidad antioxidante—. Este uso no era meramente sensorial, sino parte de un enfoque nutricional avanzado en la élite culinaria de la galaxia.

Una de las preparaciones más emblemáticas fue la Emulsauce, una emulsión estable de yema de huevo, vinagre de arroz, pasta de miso blanco y aceite de oliva virgen extra. Esta formulación, recogida en obras especializadas como The Official Black Spire Outpost Cookbook y Dining at Dex’s, se servía en establecimientos icónicos como Dex’s Diner, donde era valorada tanto por su perfil sensorial como por su digestibilidad y beneficios nutricionales. Se considera una adaptación funcional avanzada de nuestra mayonesa terrestre.

El uso del AOVE no se limitaba a la alimentación. En centros como Rouge Beauty Company, era empleado como base oleosa en tratamientos cutáneos regenerativos, dada su elevada concentración en polifenoles y ácidos grasos monoinsaturados. Este hecho ha sido correlacionado por algunos estudiosos galácticos con la longevidad biológica de la especie Jedi, cuyos individuos superaban habitualmente los 120 años con signos mínimos de deterioro físico, e incluso alcanzaban formas de existencia post-biológica a través de la Fuerza.

Aunque no puede establecerse una relación causal directa, la presencia sostenida del AOVE en la dieta, el autocuidado y la biología de los Jedi sugiere que su longevidad y equilibrio fisiológico podrían estar parcialmente asociados a los beneficios metabólicos derivados de una alimentación rica en compuestos bioactivos. La “Fuerza”, en este sentido, podría haber encontrado en la dieta un aliado silencioso pero poderoso.