Al norte del Líbano, en la región de Batroun, se encuentra una ciudad llamada Bchaaleh, cuyo nombre de origen siríaco ‘Beit Chaali’, significa lugar de glorificación y adoración. Esta ciudad fue eregida sobre las ruinas de una fortaleza fenicia destruida por los romanos.

En Bchaaleh se encuentran los olivos más antiguos del planeta, concretamente, 16 olivos, que han sido testigos de todo lo acontecido durante los 6000 años de su existencia. Algunos historiadores refieren sobre su origen bíblico, denominando a estos singulares olivos, los olivos de Noé.

Estos olivos, situados a 1300 metros del nivel mar, serian en la antigüedad los olivos plantados a mayor altitud,por ello, tras el Diluvio Universal cuando Noé mandó volar su paloma, esta se encontró con los olivos de Bchaaleh, portando una de las ramas en su pico, avisó a Noé, que las aguas del diluvio se habían retirado, incluso es sencillo saber el olivo exacto del que la paloma escogió la ramita por simples razones de altitud frente al resto.

Los olivos de Noé, tienen un gran valor turístico, el ministerio de turismo y de cultura de El Líbano los ha considerado patrimonio natural y un sitio de gran importancia nacional.

La naturaleza, a menudo caprichosa, ha permitido que estos olivos, supervivientes del gran Diluvio universal, testigos de infinidad de cambios climáticos y enfermedades y que han logrado sobrevivir a numerosas civilizaciones, sigan hoy existiendo para poder deleitarnos con lo mejor de su prosperidad, el glorioso, AOVE, que de la misma forma, ha sido participe y testigo de todo que estos antiguos olivos han superado. Bchaaleh y los olivos de Noé, un lugar, digno de adorar y glorificar.