Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Nueva York, situado en Manhattan, es Central Park, un parque urbano con una extensión de 340 hectáreas de superficie, que lo convierte en uno de  los parques más visitados del país norteamericano con más de 37 millones de visitas al año.

De entre sus peculiaridades cabe destacar el tamaño de su perímetro, con cerca de 10 km de longitud, atrae a sendos ciclistas, corredores y patinadores, además cuenta con dos pistas de patinaje, diferentes aéreas para realizar la práctica de actividades deportivas, algunos monumentos célebres como el Castillo de Belvedere, la fuete de Bethesde y el edificio de Strewerry Fieldseste ultimo en honor al cantante John Lennon y varios lagos artificiales de gran tamaño magníficos para las aves migratorias, convirtiéndolo en un excelente lugar para los amantes de la ornitología.

Central Park, uno de los espacios verdes más grandes de la gran manzana, genera una biodiversidad urbana inmensa, cuenta con 250.000 árboles plantados a lo largo de sus extensos valles, donde se albergan más de 280 especies de aves, en el lago Harlem Meer, habitan 80000 peces, se han reconocido más de 300 especies diferentes de animales, descubriéndose en el parque un nuevo género de ciempiés.

De sus 250.000 árboles, donde confluyen numerosas especies arbóreas y arbustos como olmos, castaños, alcornoques, arces, hayas, tilos, cedros, pinos, cipreses, cerezos, nogales, abetos, secuoyas, encinas, sauces, etc., no podía faltar la presencia del olivo, ya que este emblemático parque, cuenta 60 acebuches (Olea Europea, subespecie guanchica) de gran porte distribuidos a lo largo de toda su magnifica y verde extensión. No obstante el modo en que llegaron ahí es aun un enigma, unas de las hipótesis es que el primero fue plantado, mientras que el resto ha sido fruto de la distribución de huesos por partes de las aves. Lo único cierto es que 5 docenas de acebuches representan a la olivicultura internacional en este mítico parque.