La guerra más famosa de la antigüedad se produjo sobre el año 1300 a. de C. En ella, la inquebrantable Troya cayó ante Grecia, tras 10 años de asedio y cuando estaba cerca el rendimiento de los invasores, al morir su más famoso guerrero: Aquiles.

En ese momento, Ulises, instigado por Atenea (diosa que obsequió a la humanidad con el olivo) concibió el plan de construir un caballo con madera de olivo y ocultar dentro a los mejores guerreros. El famoso Caballo de Troya se construyó en la región de Anatolia, de donde es originario el olivo. Con su madera, regalo de la diosa Atenea, y con la ayuda de esta, se ideó el fantástico plan que acabó con la muralla infranqueable de Troya.

Los primeros relatos que se conocen de este hecho, mítico o histórico, se encuentran en la literatura que data de 500 años a. de C. Como: “…canta sobre el caballo de madera (de olivo) que construyó Epeo junto con Atenea y que el divino Odiseo llevó hasta la acrópolis a manera de engaño, llenándolo de los hombres que destruyeron Troya…”  (Homero, Odisea VIII, 492-495 ).

Po otro lado, una de las más antiguas representaciones del caballo de Troya se encuentra en el llamado Vaso de Mikonos, que data del siglo VII a. C. Otras creaciones de la Época Arcaica son una fíbula de bronce de Beocia y fragmentos de cerámica procedentes de Atenas y Tinos que son de diseño similar y pueden haberse basado en prototipos mucho más antiguos, como los aparatos de guerra asirios, que poseían ruedas y ventanas y tenían un diseño zoomórfico y cuadrúpedo. Los guerreros se colocaban en el centro de la máquina y usaban su cabeza elevada para escalar murallas, mientras que otros manejaban un ariete en la parte inferior.