Los gallegos Rosalía de Castro y Camilo José Cela, eligieron para su más alargado descanso el cementerio de Iria Flavia, ambos a pocos metros de un centenario olivo.

Por su parte, el portugués José Saramago, eligió abonar con sus cenizas el olivo centenario que crecía solemne en su ciudad natal.

Ya lo decía el Premio Nobel Cela, quién trataba a la muerte como una “vulgaridad”, y en tono burlesco solía decir “polvo eres y en polvo reverderedes”.

Sin duda, el olivo, este árbol mitológico que nos regaló Atenea, es símbolo de paz entre vivos, y elección de descanso para la eternidad.

Rosalía de Castro.

Rosalía de Castro fue una poeta y novelista española que escribió tanto en gallego como en castellano. Pertenece a los grandes poetas de la literatura española del siglo XIX, es considerada la precursora de la poesía española moderna.

Camilo José Cela.

Camilo José Cela y Trulock fue un escritor español, autor prolífico y representante de la literatura de posguerra, se desempeñó como novelista, periodista, ensayista, editor de revistas literarias y conferenciante. Fue académico de la Real Academia Española y resultó galardonado, entre otros, con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1987, el Premio Nobel de Literatura en 1989 y el Premio Cervantes en 1995.

José Saramago.

José de Sousa Saramago fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó su capacidad para “volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía”.

Los que conocemos el campo, seguro que hemos descansado de forma reconfortante más de una vez a la sombra de un olivo, tras un duro día de trabajo; pues imaginen ustedes, lo reconfortante que resultaría el descanso eterno bajo este árbol emblemático.