Estudié Maestro Industrial  y Delineación en la Universidad Laboral de Córdoba. Toda mi vida profesional ha estado unida a Calderería Manzano, s.a., pasando por distintos puestos hasta llegar a Director Técnico, desde el año 1985 hasta el año 2010. En este tiempo, hicimos importantes innovaciones en las almazaras, como formadores descapachadores de cargos.

También cuando los decánter pasaron de las tres fases a las dos fases. El alpeorujo que se producía era difícil de transportar y desarrollamos y patentamos una bomba de pistón que cambió por completo el diseño de las almazaras, resolviendo el problema de este producto.

Ocupé la presidencia del Consejo de Administración de Calderería Manzano, s.a. desde 1995 a 2010. En Aceites de Oliva del Sur, s.a. ocupo la presidencia del Consejo de Administración desde el año 1988 hasta la actualidad.

Desde el año 1960, que es cuando empiezo a conocer el sector del aceite de oliva, hasta los años 1990 aproximadamente, la calidad del aceite de oliva no tenía mucho reconocimiento, ya que la mayor parte de la producción iba a las grandes refinerías y una vez refinado se envasaba como aceite puro de oliva, así que en las almazaras invertía más en tener un buen almacén llamado “troje” teniendo algunos capacidad de hasta 10.000 tm. La aceituna cuando se molturaba había pasado de 20 a 30 días, siendo la calidad de los aceites muy mala, hasta el punto que recuerdo que en las cocinas que freían con este aceite virgen, tenían que desahumar como se decía, con un pedazo de pan o una cáscara de naranja para quitarle ese mal olor.

Como las producciones no eran muy grandes normalmente, en las bodegas quedaba poco aceite de una campaña para otra y a pesar de esto y de los precios de intervención ó garantía, el olivar no era muy rentable para los agricultores. También debido a los aceites de semilla como el girasol, apoyado por las multinacionales del sector que le hicieron una competencia bastante grande.

A finales de los 70 y principios de los 80, empezó a mecanizarse el olivar dentro de sus posibilidades y una cosa que creo que fue bastante importante fue la limpieza del fruto, que no se realizaba en el campo sino en la almazara y esto dio lugar a una recogida más rápida y un fruto de más calidad. Aunque el problema pasó a las almazaras que tuvieron que invertir en maquinaria y espacio para esta situación. También con la llegada de los sistemas de centrifugación se aumentó los kilos procesados y las mejoras de las calidades.

D. Antonio Abril Benítez