La civilización egipcia, originada a orillas del rio Nilo y que se desarrolló durante más de 3000 años, se ha caracterizado, por el desarrollo del sistema de escritura, técnicas de construcción, que permitieron el levantamiento de las monumentales pirámides y templos, el perfeccionamiento de la fabricación del vidrio, la topografía, la navegación a vela, canales de riego para el aprovechamiento del agua y nuevas técnicas de producción agrícola, convirtiéndose de este modo en el principal productor de grano del mundo antiguo.

Respecto a la agricultura, cultivaban sobre todo cereales, legumbres, verduras y frutas (melones, uvas, dátiles, higos). Mas tarde y debido al desarrollo del comercio que mantenían con regiones del Mediterráneo y del norte de África introdujeron nuevas especies como manzanas, aceitunas y granadas.

Para los egipcios, la importancia del olivo, una vez cultivado, fue tal, que atribuían a Isis, esposa Osiris, el  Dios supremo de la mitología-, el haber transmitido a los hombres este árbol sacralizado, su forma de cultivo y la utilización de sus frutos. Las mayores plantaciones se hallaban en los fértiles depósitos aluviales del río Nilo.

En los jeroglíficos, dibujos y estatuas de los egipcios se hallan numerosas referencias al olivo, a sus ramas o al fruto. En la famosa tumba de Tutankhamon se encontraron adornos y coronas elaborados con ramas de olivo y otras flores. Era un árbol sagrado para los egipcios, de manera que las aceitunas se destinaban como alimento para los faraones en su tránsito hacia la otra vida. La madera de olivo también se utilizaba para la fabricación de sarcófagos y objetos diversos.

Por las condiciones que imperaban en Egipto, las producciones de aceite no eran estables, por lo que se tenía que recurrir a la importación de aceites procedentes de Siria, Palestina y Grecia, reservándose este aceite especialmente para su uso culinario, cosmético y religioso.  Estas transacciones comerciales, quedaban reflejadas en tablas de barro, las denominadas tablas micénicas, que son la primeras representaciones escritas que hablan del aceite de oliva. Estas tablas nos hablan de la importancia que poseía el aceite de oliva en la corte del rey Minos para la economía de Creta, unos 2.500 años antes de Cristo.

Tanto el cultivo del olivo como la producción de aceite de oliva han gobernado los distintos imperios de la zona mediterránea, especialmente la civilización egipcia.