José Gabriel Aranzazu Hernández, director de Frutalia, empresa colombiana dedicada a la elaboración, industrialización y venta de productos frutales, nos da una visión general del cultivo del olivar en ese país. En una pequeña finca cerca de Villa de Leyva, Provincia de Boyacá, llamada «Huerto Olivanto», actualmente están trabajando en una empresa familiar de 3 hectáreas con 1250 olivos que fueron plantados en 2008 (en la carretera Sáchica-Sutamarchán), región de Alto Ricaute.

Colombia, ubicada en medio de la zona tropical del continente americano, tiene una rica historia de cultivo de olivos que comienza con la llegada de los europeos a principios del siglo XVII. Desde 1608, Villa de Leyva ha estado vinculada al cultivo. En ese momento, los misioneros fundaron un convento en las cercanías de esa ciudad y plantaron los primeros olivos. Más tarde, los acontecimientos asociados con la historia del país y el continente llevaron a un aumento del cultivo en la zona, y luego llevaron a su desaparición a finales del siglo XVIII.

A finales del siglo XIX y a mediados del siglo XX, debido a los incentivos gubernamentales, El cultivo se reanudó en la región por Villa de Leyva, y las localidades de Sáchica y Sutamarchán situadas a 5o 4′ de longitud norte en el centro de la región tropical y en un microclima compuesto por una altura de 2.200 metros sobre el nivel del mar, 980 mm de precipitación anual, una humedad relativa del 45% y una temperatura mínima media de 7º C y 26º C de máxima. Actualmente, tres variedades principales conviven aquí (Arbequina, Picual y Pajarera) injertadas en olivos silvestres. Otras 30 variedades europeas, algunos ecotipos adaptados de México, Estados Unidos, Chile, Perú y locales (Vileyva) han sobrevivido desde la introducción del cultivo están siendo evaluadas y propagadas vegetativamente para ser vendidas.

Las condiciones climáticas tropicales nos obligan a un aprendizaje continuo, ya que es un entorno único en el mundo. Por ejemplo, la inclinación de la luz afecta a la altura de los árboles durante todo el año, por lo tanto, los árboles crecen hacia arriba en lugar de crecer lateralmente. Además, suelen producirse 3 o 4 ciclos de floración, que es una ventaja productiva potencial. En la región hay árboles que han producido hasta 100 kg de aceitunas.

En las 50 hectáreas que se cultivan en Colombia, los suelos pobres (arcillas expansivas, poca o ninguna materia orgánica), altas cantidades de erosión e inestabilidad climática (falta de frío en invierno y de agua en verano) han sido las mayores complicaciones que a las que ha tenido que enfrentarse la empresa familiar, que a veces conlleva a producciones casi nulas, como fue el caso de la última campaña cuando se obtuvo un promedio de 10 toneladas.

El riego ha tenido que ser utilizado para hacer frente al déficit hídrico, pese a que debido a las bajas precipitaciones de la zona y la alta humedad relativa, el recurso del agua se ha convertido en otro obstáculo a superar, con pocas fuentes disponibles. Sólo unas pocas lagunas que se acumulan durante el invierno tienen agua apta para el cultivo para hacer frente a las condiciones extremas de verano, que es de casi 4 meses entre diciembre y marzo hasta el retorno de las precipitaciones entre abril y julio.

El cultivo de olivos en Colombia es muy precario, debido a la baja extensión del cultivo, la reducción de la productividad y el hecho de que la mayoría de los árboles son viejos, procedentes de cultivos abandonados o destinados a explotaciones turísticas. Nuestro proyecto de olivos es una actividad secundaria en los procesos productivos que desarrollamos, y se mantiene fundamentalmente por la pasión de su fundador, Antonio Cortés Robles, quien, tras una larga trayectoria profesional, a sus 91 años de edad ha elegido el olivar como legado para sus nietos a los que nos motiva a trabajar.

La perspectiva del cultivo del olivo en el país depende en gran medida de la promoción gubernamental, que debe mirar y estar interesada en saber que en la zona hay un gran potencial de desarrollo para este cultivo, ya que hay 45 mil hectáreas disponibles. Si esto no se hace, el futuro del desarrollo del cultivo del olivo es muy incierto, ya que las obras de infraestructura de riego deben desarrollarse para sobrevivir y cultivar este cultivo. De lo contrario, tendrán que ser personas apasionadas por el tema y que quieran invertir en una cosecha prometedora que tenga un futuro libre en el mercado colombiano. El consumo medio de 100 ml/persona/año, se suministra íntegramente por importaciones de 5 mil toneladas en su mayoría de España, de las variedades Arbequina, Picual y Koroneiki. El precio de venta varía entre 4 y 12 euros, dependiendo de la calidad.

Cómo cultivar olivos en Colombia. https://youtu.be/FhtA0QJpPdU