Esuatini, conocida hasta 2018 como Suazilandia, es un país singular en el sur africano. Rodeado por Sudáfrica y Mozambique, sin acceso al mar y con una extensión de 17.364 km², cuenta con una población de poco más de 1,2 millones de habitantes. Es la última monarquía absoluta de África, encabezada por el rey Mswati III desde 1986, que reside en Lobamba, la capital real y legislativa, aunque la capital administrativa es Mbabane.
Su geografía está marcada por montañas y llanuras, con un clima templado y suelo fértil que favorecen la riqueza natural y agrícola. El país destaca por sus reservas y parques nacionales, como Hlane, Mkhaya y Mlilwane, que albergan elefantes, leones, hipopótamos y rinocerontes, así como por su profundo arraigo cultural y sus festivales tradicionales, entre los que sobresalen el Umhlanga y el Incwala.
La agricultura de Esuatini, tradicionalmente orientada hacia la caña de azúcar, el maíz y el aguacate, vive una diversificación notoria marcada por el crecimiento del olivo como segundo árbol cultivado del país. La región de Manzini es el epicentro de esta revolución agrícola: abarca poco más de 4.100 km² y cerca de 360.000 habitantes, muchos de los cuales están vinculados al cultivo y procesado del olivo.
El olivo, junto al aguacate y el laurel indio, posee importancia ecológica y cultural en la región. En Manzini, la biodiversidad se preserva gracias al respeto por la flora autóctona, combinando tradición, sostenibilidad e innovación agrícola.
En las inmediaciones de Manzini, especialmente en el parque industrial de Matsapha, se han instalado las principales almazaras nacionales. La reconocida Eswatini Oil Mills, visitada oficialmente por el rey, cuenta con una infraestructura moderna para el prensado de oliva y fabricación de aceites de calidad. En total, hay unas 150 hectáreas productivas diseminadas por el país, basadas casi exclusivamente en la variedad autóctona Olea europaea africana, adaptada magistralmente al clima y suelo locales.
El aceite producido por estas almazaras se destina tanto al mercado interno como a la exportación, principalmente hacia Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos. Esuatini se sitúa ya en el puesto 67 mundial en la clasificación de productores de aceite de oliva, y sus exportaciones en 2021 superaron los 30.000 kg, con una facturación cercana a los 19.000 dólares, reflejando la pujanza y potencial de este sector emergente.
La industria olivarera de Esuatini, liderada por Eswatini Oil Mills pero también con actores como Brazil Global Seed Oils, se caracteriza por la adopción de maquinaria avanzada y estándares internacionales de calidad. Ambas empresas ofrecen aceites certificados, con análisis químicos y físicos que aseguran la pureza y frescura, avalados por normas como FDA Approval, Halal y Kosher. Los aceites destacan por su perfil afrutado, color dorado y notas herbáceas, resultado directo de la variedad africana y el entorno ecológico.
La planta de Matsapha representa un modelo de expansión industrial en la región, apoyado por la formación técnica de los productores y la colaboración público-privada. Ocupa también un segmento importante en el mercado cosmético, con aceites esenciales y productos de oliva que refuerzan el valor agregado de la industria nacional.
Principales marcas:
- Eswatini Oil Mills: “Eswatini Pure Olive” en formatos gourmet y cosméticos.
- Brazil Global Seed Oils: Línea “Best Olive Oil Brands” para consumo y exportación.
- VedaOils: Aceites esenciales y cosmética derivados de oliva y especies nativas.
La historia reciente del olivar en Esuatini ejemplifica el potencial de un país pequeño pero dinámico, capaz de diversificar su economía agrícola, generar empleo y apostar por la sostenibilidad. Con la última monarquía absoluta de África como impulsora, y empresas innovadoras al frente del sector, el aceite de oliva de Esuatini es hoy símbolo de calidad y adaptación al siglo XXI.
Imagen de portada: ESWATINI OIL MILLS PROJECTS 100.000 INDIRECT JOBS FOR FARMERS




