La última reina del Imperio Antiguo de Egipto se llamó Cleopatra VII. Una joven mujer que, a sus 18 años de edad, heredó de sus padres, Cleopatra V y Ptolomeo XII, el trono de Egipto. Esta faraona, a quien se le atribuye gran belleza y habilidad en la seducción, tuvo una educación estrictamente griega. De allí obtuvo el dominio de más de cinco idiomas, entre ellos el arameo y el latín.

Cleopatra también fue instruida en literatura, música, política, matemáticas, astronomía y medicina, otra de las razones por la que esta audaz mujer logró gobernar por varias décadas a un pueblo descontento.

Gracias a su formación, preocupación por la belleza y a rodearse de los mejores eruditos de su época, logro crear diferentes cremas, remedios y artilugios que aún hoy se utilizan, si bien mejorados por el paso del tiempo y la tecnología.

Entre sus secretos conocidos, relatados en diferentes papiros rescatados de las excavaciones arqueológicas, se encuentran varias fórmulas a base de Aceite de Oliva o de Aceitunas.

  • Cleopatra se colocaba una mascarilla para evitar las arrugas. Para su elaboración utilizaba pepinos en rodajas, crema de leche batida, aceite de oliva y miel.
  • Además, para mantener su piel suave, utilizaba una crema creada por ella a base de miel, bicarbonato de sodio, sal de mar y aceite de oliva; resultando un excelente exfoliante.
  • Exfoliante del cuerpo a base de Hueso de Aceituna. Tras moler un puñado de huesos de aceituna, se aplica sobre las zonas secas con movimientos circulares. Además de eliminar células muertas, la piel queda suave e hidratada.

Esto es sólo una pequeña parte de las acciones que a diario realizaba Cleopatra para mantener su belleza que deslumbró a un imperio y que aún hoy se idealiza.