La isla de Tasmania cuenta con 60 productores y produce 24.000 litros de aceite anualmente, extraídos en frio. En total ostenta unas 100 hectafreas de olivar de un solo pie, con un marqueo de 8 x 5, y de variedades prodedentes en todo caso de Italia, no es necesario regarlos pues la brisa del mar atenúa las temperaturas. Casda productor posee entre 1 y 3 explotaciones que en muy pocas ocasiones supera la hectárea, practican lo que se ha venido a denominar olivicultura emotiva, término recientemente acuñado y hace referencia a la agricultura que apela a los sentimientos de los paises de origen o a las lazos y arraigos culturales, no resultando una actividad económica obligada, sino una especia de afición de origen entrañable.

El origen del cultivo del olivo en esta isla australiana está vinculado a los Minnucci, concretamente a Attilio Minnucci, italiano, procedente de una familia con gran tradición olivarera durante siglos. Este joven  marchó a Tasmania en búsqueda de nuevas oportunidades como experto de explosivos y túneles. Una vez en Tasmania, fue contratado en la central hidroeléctrica de Catagunya, donde desarrolló una gran labor profesional en su construcción. Finalizado el proyecto, se marchó a Hobart, capital de Tasmania, donde, junto con su mujer, regentaron su propia tienda y fue miembro fundador de una cadena de supermercados.

Regresó a Italia durante una temporada para que sus hijos interiorizaran sus raíces italianas, y a su regreso, de vuelta a Tasmania, se hizo cargo del primer Bed & Breakfast de la isla, el que tuvo una repercusión internacional importante.

Este italiano, emprendedor por naturaleza y que ya gozaba de números éxitos profesionales fruto de su trabajo y dedicación, necesitaba hacer algo que realmente le reconfortara y le hiciera sentir como si estuviera en su hogar. Y es así, cuando en 1985, decide hacerse de unas hectáreas de tierra en el Valle de Huoron y comenzó a plantar olivos.

Pese a la incredulidad de sus vecinos y la lluvia de críticas que recibía constantemente, no impidieron que Attilo hiciera realidad su sueño, cultivar la primera finca de olivar en Tasmania y extraer de él, el primer AOVE producido en la isla.

Attilio, no solo introdujo el olivar en Tasmania, sino que lo propagó, promocionando su producción como fiel amante de este cultivo y de su aceite. Pese a que muchos lo tachaban de un italiano loco cargado de nostalgia, Attilio, ha sido el padre de olivicultura en Tasmania, dejando así, el mayor y mas valioso de sus legados. El olivo, y siendo un contribuyente adicional de esa muy buen denominada Olivicultura Emotiva.