La película estadounidense Pulp Fiction escrita y dirigida por Quentin Tarantino relata varias historias entrelazadas entre sí, en los que sus protagonistas son miembros de un crimen organizado en la ciudad de Los Ángeles. La película galardonada con el Globo de oro al mejor guion, la palma de oro y el óscar al mejor guion original fue considerada ‘cultural histórica y estéticamente significativa’ preservándose en el National Film Registry por la biblioteca de los EEUU.

La película cuenta con un reparto de excelentes actores que hoy en día se consideraría todo un lujo: John Travolta, Samuel L. Jackson, Uma Thurman, Bruce Willis, y Steve Buscemi y el propio Quentin Tarantino entre otros. En la película se desarrollan numerosas escenas y acontecimientos que mantienen en vilo al espectador, muchas de estas escenas se representan entre olivos, completando esta planta milenaria dicho reparto de excepción.

En una de ellas, se relata la historia de la herencia de un reloj de oro que hereda Butch Coolidge, caracterizado por Bruce Willis en la que el boxeador recibe la visita de un militar, el Capitán Koons que compartió prisión con su padre en un campo de prisioneros en Vietnam. Koons le entrega un reloj de oro que pertenecía a su abuelo que participó en la II Guerra Mundial, antes de morir se lo entregó a un compañero para que se lo entregara a su padre. El compañero lo llevó escondido en su recto durante 5 años para evitar que se lo robaran, entregándoselo antes de morir a Koons que lo ocultó también en su recto durante dos años más para entregárselo al pequeño Butch. Después de una secuencia de escenas, el propio Butch decidido a escapar de la ciudad y dejarlo todo atrás, montado en una Chooper recoge a Fabienne del Hotel Riverside Glen dispuestos a comenzar una vida. El hotel contaba con una escenografía muy particular, pues estaba construido en un monte de olivos, por lo tanto el hotel contaba con un paisaje plenamente mediterráneo en el centro de California. 

Hoy, 25 años más tarde de esta popular filmografía, el hotel donde se hospedó Fabienne ha dejado paso, como en la canción de Joaquín Sabina y nos dieron las diez, a una empresa de arquitectura, pero lo que aun se mantiene y perdura, de esas escenas que llegaron a la gran pantalla, sonlos olivos que adornaron a una de las películas más significativas de la historia, por cierto, de la variedad Mission que ya están más cerca del Paso de la Fama.