La expansión y propagación del olivo cultivado, se remonta a la era de los fenicios y romanos, serían las siguientes civilizaciones las que lo propagarían al resto del mundo. El olivo cultivado proviene de la domesticación del olivo silvestre olea europaea spp silvestris y dentro de los comúnmente denominados acebuches podemos encontrar diferente subespecies:

Olea europaea europaea (Cuenca del Mediterráneo)

Olea europaea cuspidata (desde Sudáfrica por todo el este de África, Arabia hasta el sudoeste de China)

Olea europaea. guanchica (España, Islas Canarias)

Olea europaea cerasiformis (Madeira)

Olea europaea maroccana (Marruecos)

Olea europaea laperrinei (Argelia, Sudán, Níger)

La subespecie Guanchica, endémica de las Islas Canarias y únicamente presente en este archipiélago, presente en todas las islas aunque es en la Isla de Gran Canaria donde mayor relevancia tiene.

Esta especie de olivo silvestre, como tal presenta un porte pequeño, tronco de corteza gris y fruto de reducido tamaño característico de esta especie. La especie guanchica se agrupa y es dominante en los denominados acebuchales, situados en la parte baja de los montes a menos de 600 m de altitud ocupando barrancos, vertientes y las zonas mas pedregosas de las islas, donde esta especie se aclimata a la perfección. Pese a que no se aprovecha su fruto, esta especie si es apreciada por su madera, que desde la época prehispánica se usaba como combustible y para fabricar herramientas de labranza y armas, incluido el garrote, un palo de madera de guanchica utilizado por los pastores aborígenes de la isla para guiar el ganado y para la práctica de la tradicional lucha del garrote, en la que los pastores combatían y que hoy en dia es un deporte reglado y practicado en las Islas. De esta practica se deduce el refrán, de contra el acebuche , no hay palo que luche, ni tan siquiera una buena vara de mimbre.

La presencia y el origen de guanchica en las islas, ha hecho que el olivo cada vez tenga mayor representación y relevancia en la isla, tanto así, que Gran Canaria cuenta con más de 70.000 olivos diseminados en toda su geografía. Ante una creciente demanda tanto de consumo como de producción, son ya algunas las iniciativas llevadas a cabo por los organismos, para que el olivo cultivado prospere en este archipiélago y se adapte a las condiciones ambientales de la Isla, generando así, este cultivo, el olivo, un valor agronómico, etnográfico y paisajístico inigualable.