Leonardo Da Vinci, además de un genio, renacentista, polímata, florentino, pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista; también resultó ser olivarero.

Durante más de 100 años, los hombres de la familia de Leonardo Da Vinci habían sido notarios, salvo su abuelo Antonio, que era muy feliz apartado de Florencia, en Vinci cuidando los olivos familiares, huertos y viñedos.

Leonardo Da Vinci creció junto a su abuelo y su tío Francesco, hermano menor de su padre, de quienes aprendió a labrar la tierra, cuidar los olivos y a elaborar aceite de oliva.

El conocimiento de primera mano de Leonardo sobre el proceso de elaboración del aceite se encuentra en un boceto que hizo de una almazara años después de dejar Vinci.

También, usando las técnicas de elaboración de aceite de oliva, dibujó otra máquina con la que hizo sus propios colores al oleo.

Esta pasión por la olivicultura nacida de juventud en Vinci, le acompañó durante toda su vida y tubo influencia en sus bocetos de maquinaria y arquitectura.