El pasado 2 de abril tuvo lugar, en Sevilla, el Foro del Olivar, de la mano de Asaja Sevilla y con la colaboración del grupo Bosch España, ASEGASA, la Fundación Caja Rural del Sur, el Consejo Superior de Investigaciones científicas y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla.

Juan Vilar Consultores Estratégicos, de la mano de su CEO Juan Vilar, expuso un diagnóstico de la olivicultura internacional, teniendo en cuenta las principales magnitudes y las actuales tendencias, además de indicar diferentes retos y estrategias para este sector fundamental en la economía regional.

Respecto a la situación actual Juan Vilar indicó que “la responsabilidad es nuestra, hay que reconocerlo, el mercado nos ha dado señales y no le hemos hecho caso”. También ha apuntado razones coyunturales para que el precio esté así, como la especulación de algunos productores en la campaña anterior y el hecho de que “el sector no está todavía realmente preparado para una campaña en la que se concentre la recolección de una cosecha tan voluminosa en un periodo de tiempo tan corto”.

En los últimos años se ha pasado de 46 a 64 países productores, plantando más de 1 millón de hectáreas en los últimos 6 años, alcanzando actualmente los 11,6 millones de hectáreas de olivar, siendo, por tanto, la agricultura permanente más extendida en el mundo. Esta constante evolución y crecimiento, tanto en superficie como en técnicas de cultivo, hace que la producción mundial de aceite de oliva sea cada vez mayor, y constantemente nos encontremos en umbrales de record.

Respecto al consumo, según ha apuntado Vilar “un país que empieza a sembrar olivos se convierte en un nuevo consumidor”. La tendencia actual es de reducción del consumo en los países tradicionalmente productores y de incremento en los no productores y en los que se están incorporando al cultivo (sobre todo en Estados Unidos). Mientras que respecto a los precios mundiales, ha destacado que mantienen una tendencia clara, “están muy ligados a la evolución de la cosecha en España, así, si en nuestro país baja la producción, los precios mundiales del aceite suben, mientras que si sube la producción en España, el precio mundial baja”.

Por tanto, debemos incidir más en la calidad y en las acciones que conduzcan a aumentar el consumo, ya que su crecimiento es menor al de la producción.

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