La exitosa y entretenida, a la vez que peculiar serie de HBO Juego de Tronos, es familiarmente conocida por sus personajes y escenas, como la singular Boda Roja, los Caminantes blancos, la madre de los dragones y un largo etcétera de personajes.

Lo que no es tan conocido, son los alimentos y bebidas que se sirven en la épica serie. Así, en Westeros, unos de los tres continentes de los siete reinos, donde se encuentra Winterfell, habitan los Westeroi, humildes trabajadores y agricultores que se ganan honestamente la vida para poder comer. En su dieta básica, se incluyen alimentos como el pan, queso, leche huevos, miel, y como último y no menos importante, el AOVE.

Incluso por las imágenes, el cultivo del olivo tradicional en aquella época está presente en 5 de los 7 reinos, donde se elaboraba dicho nectar de Dioses, de forma tradicional, aunque solo podían optar a él los potentados y personas de clases más altas. El uso habitual es como ungüento, aunque también adereza guisos y fritos.

Sin embargo, el AOVE, se consume con mayor frecuencia en lugares más cálidos y de clima más Mediterráneo, como lo es, en la capital de los sietes reinos, Desembarco del Rey. En esta capital se puede degustar una gran cantidad de exquisitos alimentos, especias, carnes y pescados maridados con AOVE, inmensa variedad de frutas y gran cantidad de vinos y bebidas, que en otros climas más severos como lo son el Muro, Castillo Negro y Winterfell que no son tan frecuentes, ya que su dieta diaria no abundan estas delicias.

En ninguno de los sietes reinos falta el AOVE como alimento principal y principal aliado del invierno, que se acerca.